Las prácticas de atención a la niñez y adolescencia han evolucionado de forma
paralela a las comprensiones y el reconocimiento de los derechos de la población. La entrada
en vigor de la Doctrina de Protección Integral (DPI) fue un salto cualitativo en la
consideración de los niños, niñas y adolescentes (NNA) como titulares irrenunciables de
derechos y responsabilidades. Además, la DPI significó la implementación de un nuevo
esquema de concepciones teóricas y metodológicas sustentadas en los derechos humanos.
La DPI supuso la ejecución -con prioridad absoluta- de acciones, planes y programas
estatales para la garantía y acceso efectivo de todos los NNA a los derechos humanos;
considerando como eje transversal la atención a las situaciones especiales que les vulneran
tanto individual como colectivamente. Estas acciones permitieron la configuración de
estrategias asumidas por las instituciones, ya no solamente para la atención y protección de
los NNA en situación de riesgo y vulnerabilidad, sino también para la creación de las
condiciones que garanticen su desarrollo integral.
El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) no fue la excepción, pues tras la
introducción de la DPI implementó cambios y adaptaciones que le permitieron alinear las
acciones institucionales a los nuevos preceptos teóricos, metodológicos y jurídicos. Cada una
de estas transformaciones institucionales representaron para el Trabajo Social nuevos
procesos de trabajo correspondientes a los lineamientos de los marcos legales mínimos para
la atención de la niñez y la adolescencia establecidos por la Convención sobre los Derechos
del Niño (CDN). Estos cambios se incorporaron de forma compleja y paulatina al bagaje
teórico necesario para el ejercicio profesional en este espacio sociolaboral y se convirtieron
en elementos esenciales para desarrollarse operativamente en el plano de la intervención
inmediata con esta población.
A partir de esto, el presente Trabajo Final de Graduación bajo la modalidad de
seminario realizó un análisis crítico de las transformaciones en el ejercicio profesional del
Trabajo Social en el PANI, a partir de la implementación de la DPI para la atención de los
NNA en Costa Rica. La investigación se acogió a un método dialéctico que le permitió
evidenciar las múltiples mediaciones a las que están sujetas la profesión y su ejercicio en la
institución. Asimismo, la configuración de este método develó que el Trabajo Social en el
PANI no ha sido una profesión estática, sino que se ha transformado de acuerdo con las
demandas sociales, institucionales, y en concordancia con la particularidad de las
comprensiones históricas de niñez y adolescencia.
Para efectos de la ejecución de este proceso investigativo, de carácter descriptivo y
exploratorio, se utilizaron técnicas de recolección y análisis de información que permitieron
identificar los fundamentos teórico-metodológicos, técnico-operativos y ético-políticos del
Trabajo Social bajo la vigencia de la Doctrina de Situación Irregular (DSI) y de la DPI. De
esta forma, tanto el recorrido por las fuentes bibliográficas como la información obtenida a
partir de las entrevistas a las personas profesionales en Trabajo Social en el PANI, develaron
las principales transformaciones a las que se enfrentó el ejercicio profesional tras la transición
de doctrinas.
En este sentido, los principales hallazgos investigativos apuntan al reconocimiento de
los puntos de transformación en el ejercicio profesional del Trabajo Social en cuanto al
abordaje e implementación de la DPI en el PANI. No obstante, esta pesquisa también
evidenció la existencia de condiciones institucionales, políticas y sociales que generan
rezagos de la DSI en la actualidad mismos que limitan un abordaje integral real de los NNA.
Finalmente, las diferentes etapas de la investigación permitieron la identificación del
papel que ha tenido el Trabajo Social en la materialización de la defensa, restitución, y
promoción de los derechos de los NNA, a través de los diferentes niveles en los que se coloca la profesión en este espacio sociolaboral. Se reconoce el liderazgo de esta en procesos de
capacitación, aprendizaje y modificación de los modelos de atención, los cuáles han
encaminado a las personas funcionarias a la homologación de los procesos atencionales y al
reconocimiento de la importancia de la integralidad en cada uno de los procesos de trabajo
que involucren a los NNA.