La tesis tuvo como objetivo analizar la criminalización de la pobreza manifestada en
los discursos y prácticas de la Municipalidad de San José en relación con el control del
comercio informal de ventas en la calle que se desarrolla en la Avenida Central de San José.
Para esto, se indagó sobre las condiciones socioeconómicas y laborales de la población
trabajadora que labora en las ventas en la calle, se estudiaron las políticas municipales de
control social dirigidas hacia esta población, así como las prácticas y discursos de las
personas de la clase trabajadora que laboran en las ventas en la calle en relación con la
intervención municipal.
Se aborda la prioridad que históricamente se le ha dado al tema de inseguridad
ciudadana dentro de las agendas políticas, lo cual repercute en el desarrollo de discursos de
criminalización que se materializan en políticas de seguridad ciudadana que avalan el control
y la represión de la clase trabajadora que atente contra el orden capitalista establecido. Esto
coloca bajo el foco de políticas punitivas a la población que trabaja en el comercio informal
de ventas en la calle.
La investigación tiene como base el materialismo histórico dialéctico y su enfoque es
cualitativo. Se contó con la participación de seis personas que laboran en las ventas en la
calle, a quienes se les aplicó la técnica de entrevista en profundidad. Como parte de los
informantes y las informantes claves se encuentran 4 policías municipales, un regidor y una
trabajadora social de la Municipalidad de San José, a quienes se les realizó entrevistas
semiestructuradas. Además, el grupo investigador realizó observación etnográfica durante
seis meses en la Avenida Central.
Los resultados principales mostraron que la población que labora en las ventas en la
calle se enfrenta a una serie de carencias socio materiales. Además, su trabajo se caracteriza
por condiciones excesivas de explotación, sin acceso a seguridad social y a derechos
laborales. Aunado a la persecución diaria por parte de la Policía Municipal que les obliga a
generar una serie de estrategias para poder trabajar y hacerle frente a la intervención policial.
Asimismo, se encontró que el deterioro de sus condiciones de vida se agravó con la
crisis pandémica, la cual afectó directamente a quienes trabajaban en las ventas en la calle.
Esto debido a que quedaron desprotegidos y desprotegidas ante un Estado que se centró en
resguardar el interés de la burguesía.
Finalmente, se notó que los discursos municipales construyen un imaginario social
estereotipado sobre las personas que venden en la calle, colocándolas como sujetos peligrosos
que deben ser controlados y castigados, lo que justifica que estas sean intervenidas
exclusivamente desde la represión. Por lo tanto, el Estado se fortalece en el ámbito punitivo a
su vez que se debilita la atención social de las manifestaciones de la cuestión social, lo que se
evidencia en la nula presencia de programas sociales que se dirijan específicamente a atender
las necesidades de la población que labora en la informalidad de ventas en la calle.